martes, 27 de marzo de 2012

CARLOS PASCUAL MUESTRA QUE LA POESÍA JOVEN ES POESÍA VIVA

               La poesía siempre ha estado presente en  las generaciones pasadas y sigue viva en el corazón de las generaciones venideras, ya lo decía nuestro entrañable poeta Gustavo Adolfo Bécquer en uno de sus versos, “Mientras haya en el mundo primavera / ¡Habrá poesía!”.

Fotografía de María Pallarol Collados
                En este siglo XXI la poesía sigue tan presente como siempre, además un reflejo de ello son las voces de los jóvenes poetas actuales. De este modo, me complace poder dedicar estas palabras para presentar al mundo a un novel poeta, se llama Carlos Pascual y me gustaría que recordaseis este nombre ya que volveréis a escucharlo. Este joven poeta es una nueva promesa de la poesía española, cuyos poemas han sido publicado en la revista literaria digital Pliego Suelto este mes de Marzo en su número, Haikus: De Oriente a Occidente, junto con otros escritos de diferentes autores.

                La poesía del siglo XXI está marcada por la motivación hacia la libertad de expresión y de escritura, para ello los poetas buscan la reelaboración de formas tradicionales y clásicas que puedan llenar de nuevos sentidos sintetizados, donde lo real y concreto se transforme en metafórico, donde el autor, desde una forma más abstracta, pueda expresar lo esencial del ser humano.

                De este modo, Carlos Pascual reelabora la forma tradicional de los Haikus, para que a través de la reescritura y resemantización de estos, pueda aportar un sentido más profundo y nuevo. Los Haikus son unas de las formas tradicionales de poesía japonesa, que desde sus orígenes estaban  dedicados al tema de la naturaleza, en muchos casos, algunos poetas los acompañaban de motivos pictóricos. En la actualidad, la influencia de los Haikus ha llegado al mundo occidental y ha marcado a famosos poetas del siglo XX, abriendo una nueva vía de influencia literaria japonesa en Occidente.

                Partiendo de esta tradición, Carlos va más allá, aportando un poema mucho más visual, ya que la composición que realiza está asentada en esta tradición pero de una forma mucho más vital. Él se ha propuesto una revisión de este fenómeno y para ello ha contado con la especial colaboración de María Pallarol Collados, con la que a través de sus fotografías ha dado vida a las grandes palabras de Carlos Pascual. La composición, en general, nos deleita con treinta versos en forma de diez Haikus, donde las imágenes escogidas para cada momento nos transportan hacia el mundo interior del poeta y su alma misma. Además, la originalidad de la presentación otorga a la composición aún más vida, ya que el autor ha querido escribir los versos con su propia letra, creando junto con las imágenes, el papel arrugado, a modo de telón de fondo, y las palabras, una combinación de elementos que lo engrandecen y nos envuelven mediante su lectura. Para la temática, Carlos también va más allá de la simple tradición de la naturaleza, ya que él ha querido mostrar un `yo´ lírico bastante marcado, donde el poema reducido perfectamente a la forma poética del Haiku de tres versos, de cinco, siete y cinco sílabas, respectivamente, se inunda de sensualidad y erotismo, a la vez que de amor y tristeza.  A través de sus palabras podemos ver sus influencias poéticas, ya que sus lecturas habituales desde muy joven han sido los españoles, Pedro Salinas, Federico García Lorca o César Vallejo, así como el estadounidense Walt Whitman y los simbolistas franceses como Rimbaud, Verlaine y Baudelaire, quienes han marcado en gran medida la escritura de Carlos.

El propio autor señala, “Queríamos contar algo, algo que hablase de los símbolos Haiku/fotografía, de la simbiosis de ideas que surgen cuando hablamos”. Esta dirección también es la que ha tomado el poeta a la hora de escoger un título para la composición, Aristocracia Tristacional. Cuando le presentó su proyecto a los de Pliego Suelto no se esperaban nada de lo que Carlos había propuesto, desde el título hasta la presentación manuscrita. Carlos añade que cuando escribe, sea lo que sea, intenta ser honesto con lo que hay dentro, así como con las palabras que selecciona, “No me gusta forzar la máquina”, también ha confesado que nunca había escrito Haikus, pero que cuando el editor de Pliego Suelto, Ricardo Iván, le propuso publicar sus palabras en el número de Marzo dedicado a los Haikus, él no se lo pensó y comenzó a escribir, jugando con la métrica para decir todo aquello que quería, escogiendo cada palabras para transmitir sensaciones concisas y muy definidas.

                Como conclusión, me gustaría aportar mi propia opinión, ya que la lectura de este ejemplario poético ha sido muy satisfactorio y gratificante, así que puedo afirmar con toda seguridad que sus poemas son libres, vitales, profundos y, sobre todo, muy sinceros. Todo esto hará que aquellos que se adentren en la lectura de estos Haikus se sientan identificados y queden marcados por sus ideas. De este modo, me gustaría terminar de la mejor manera posible, con uno de sus Haikus, para que así podáis disfrutarlo y os animéis a leer los demás, porque realmente os aportarán grandes sensaciones.     

Prefiero tu alma
escorada en cristal
y desalmada.

2 comentarios:

  1. Hola Lucia, soy un viejo amigo de Carlos Pascual, me gustaría poderlo contactar ya que hace muchos años que no se nada de el, y recientemente le compuse música para algunas viejas poesías que me dio. Espero que te llegue este mensaje. Adonis Palacios

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  2. https://www.youtube.com/watch?v=KhTIw5JLOgQ

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